El Departamento de Orientación de la Escuela de Formación Profesional FEMPA, es un órgano especializado en Neuropsicología, Psicopedagogía, Mediación y Coaching Pedagógico, que apoya la labor del centro en el proceso de asesoramiento y acompañamiento de los alumnos, sus familiares y profesores. Esta labor se concreta en cada alumno y alumna, a lo largo del proyecto educativo, contribuyendo con ello a su desarrollo integral.
Por lo tanto, desde un enfoque holístico y amparado en los conocimientos de la Psicopedagogía y la Neuropsicología de la Educación, la actividad de nuestro Departamento de Orientación se dirige a la Comunidad Educativa en su conjunto, asesorando a los equipos educativos en la elaboración, desarrollo, implementación y evaluación de estrategias de carácter metodológico que favorecen los procesos de enseñanza-aprendizaje; ayudando a los alumnos, mediante el desarrollo de habilidades organizativas que permiten dar una respuesta ajustada a las características individuales de todos y cada uno de ellos; e interactuando con las familias, a través de un feedback que contribuye al mejor conocimiento de cada alumno, con el fin de fomentar la búsqueda de objetivos comunes en su proceso educativo y personal.
El artículo 42 del Reglamento Orgánico de los Institutos de Educación Secundaria asigna al Departamento de Orientación un conjunto de funciones relacionadas con la orientación académica, psicopedagógica y profesional, con la evaluación psicopedagógica de los alumnos con necesidades educativas especiales, con la evaluación psicopedagógica de los alumnos que la requieren y con el apoyo a la acción tutorial, todo ello en el marco de la atención a la diversidad y, en particular, a los alumnos con necesidades educativas especiales. Pero además de las mencionadas funciones de carácter general, desde el Departamento de Orientación de la Escuela de Formación Profesional FEMPA nos ocupamos y nos preocupamos porque sus alumnos alcancen no sólo las competencias académicas necesarias para desarrollar una actividad en el ámbito laboral, sino que además se les provee de una herramienta imprescindible para el éxito académico y profesional, esto es, la Educación Emocional. Con ello tratamos de conseguir un desarrollo armónico e integral del alumno, potenciando, además de sus aspectos cognitivos e intelectuales, otros tan importantes como el desarrollo de la personalidad, las aptitudes, las actitudes, los valores, la motivación y el esfuerzo, entre otros. Todos estos elementos son los que incluiríamos en lo que Daniel Goleman denomina Inteligencia Emocional (1995-1996) y que son tan importantes o más que la inteligencia racional entendida desde el punto de vista del Cociente Intelectual (C.I.).
Por lo tanto, apoyándonos en las cinco arterias psicológicas que componen la Inteligencia Emocional (Autocontrol, Autoconocimiento, Automotivación, Empatía y Habilidades Sociales), nuestro Departamento de Orientación elabora e imparte jornadas informativas, distribuidas a lo largo del curso académico, con la finalidad de favorecer la formación del alumnado en Habilidades tan importantes para la Empleabilidad como son el autoliderazgo (autoconocimiento, proactividad, autoeficacia, planteamiento de objetivos), la productividad, la comunicación efectiva, la flexibilidad, el trabajo en equipo y la gestión de conflictos. De esta forma, nuestros alumnos se incorporan al mundo laboral con una adecuada competencia profesional, entendiendo ésta como el conjunto de conocimientos aprendidos durante la etapa formativa (aptitudes) más las habilidades y actitudes que permiten desempeñar las tareas propias de una profesión, resolviendo problemas y situaciones del trabajo de forma autónoma.
Está demostrado que una persona equilibrada, tranquila y contenta con su vida está en mejores condiciones para desempeñar sus responsabilidades y obtener buenos resultados. Para poder conseguir estas cualidades tan deseables se torna necesario tener unos conocimientos teórico-prácticos de la rama profesional elegida por cada uno de nuestros alumnos y combinarlos con inteligencia emocional, de tal manera que cada cual libere su potencial, siendo capaz de dar la mejor versión de sí mismo y así poder llevar su rendimiento al máximo para gestionar con éxito las complejidades del día a día, disfrutando de un motivador equilibrio personal y profesional, siendo ésta la llave que conduce a la eficiencia.
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